martes, 24 de enero de 2012

¿Esta Alcampo apostando por la ecología?

Desde hace unos días, el supermercado Alcampo ofrece un surtido de productos con certificación ecológica en su tienda de la Cañada de Marbella. Esta siguiendo estrategias comerciales de otras grandes superficies que han notado que la población marbellí desea comprar productos procedentes de una agricultura respetuosa con el medio ambiente.

Naturalmente, es muy positivo que los supermercados apuestan y apoyan la agricultura ecológica, pero los mecanismos de la distribución de alimentos de la industria alimenticia industrial son muy destinitos a las formulas que usa la agricultura ecológica.

La agricultura ecológica no es solo un sello, es un intento de apoyar una agricultura local, sostener los suelos limpios de productos químicos y crear trabajo y empleo. No son ecológicas las naranjas que hoy, 24 de enero ofrece el Alcampo, a pesar de tener una certificación ecológica, ya que han viajado desde África del Sur para llegar a la Cañada. A menos de veinte kilómetros de distancia de Marbella se encuentra el Valle de Guadalhorce, una de las zonas más importantes del cultivo de cítricos ecológicos en España.

En las huertas ecológicas de Coin, Pizarra y Alaurin hay miles de zanahorias recién cosechadas, con certificación, y llenas de vitaminas y minerales, y no hace falta importarlos desde Italia.


En Australia, el país con mas ventas de productos ecológicos por habitante, esta prohibido denominar un producto ecológico que fue transportado por mas de 50 kilómetros.

Más triste aún es que el Alcampo juega con las palabras: coral y ecológico. El la sección de pollos, el letrero hace pensar que aquí hay pollos ecológicos. No había ninguno cuando hemos visitado hoy el Alcampo. Había pollos denominados de corral, pero alimentados, igual que los pollos de jaula con piensos llenos de hormonas de crecimientos procedentes en su mayoría de cultivos transgenicos.

El consumidor cree comprar un producto sano y se encentra un producto que muchos consideran prejudicial para la salud.

Hace falta que los supermercados empiezan a comprar la mayor parte de sus productos a los agricultores de la zona, independientemente, si tienen o no certificación ecología. Esto reduce la necesidad de transportes atravesando países, continentes e incluso el mundo entero. Así el consumidor puede comprar alimentos más frescos, la huerta se considera la mejor huerta y se reduce el impacto medioambiental por transportes por carreteras innecesarios.